El Mate Viajero
El mate viajero; el sonido de
la alarma a las 6 de la madrugada; el perro del vecino que ladra temprano; el
sol de la mañana; los pajaritos del mediodía; las palomas que no se dejan
agarrar; el enojo de mi viejo; la paciencia de mi vieja; las risas de mi hermana,; el apuro de las ciudades grandes; la tranquilidad de los pueblos; los
tarifazos; las quejas; la alerta del noticiero; Lázaro Báez, Macri y Cristina; el billete de dos pesos que me encontré la otra vez en la vereda; el olor a césped recién cortado; el
fútbol del domingo; las dos finales que no fueron; el linyera que se lleva el
cartón de las calles; el taxista y Uber; el chicle sin sabor que te cansa la mandíbula; las verduras
transgénicas; las frutas que no tienen el mismo sabor de antes; la pelota
pisada por un auto; las plazas vacías; las sombras refrescantes del verano; los paros y piquetes; las banderas
partidarias; los guardapolvos sucios y sus tiras rotas; la mala educación y los mal educados; los
profesores y las paritarias; los bolitas, paraguas, brazucas y los chilenos
traidores; los peruanos que no cortan ni pinchan; los mates amargos de mi vieja y los dulces de mi viejo; la pobreza y
el hambre; los baches y las calles de barro; los sueños y anhelos; la historia; las novelas extranjeras de la tarde; la el bolso de mandados de la vieja y
otras viejas haciéndose las pendejas; las coimas de los del tránsito; las
puteadas de los conductores; los gendarmes que dan miedo; las ofertas del shopping; la comida rápida; los
ñoquis del 29 y el guisopa de la abuela; la arena de la playa pegada en los
pies; el agua salada que tragás; los borrachos de la calle y los chetos de
siempre; las viudas lloronas; el Clarín mentiroso; la radio de la tarde que
nadie escucha; el gauchito gil de la ruta; las cartas de puño y letra; la
mierda que pisas en la vereda; los caramelos y las caries; la previa y las
mezclas; las hojas secas de otoño; la baldosa floja que todos putean a su madre; la señora que lava la
vereda y el viejo que lee el diario; el gato negro y la escalera del pintor; los grafitis; los cordones fluorescentes; las corbatas raras; los abogados
vendidos; los vendedores ambulantes; los rochos que dan miedo; la inseguridad que siempre está presente; el abrigate bien de mi vieja; la lapicera sin tinta y las reventadas; las cosas que no se dijeron; el chamuyo de la cigüeña; los
pensamientos; la gente que camina apurada; la perra de mi prima; los
auriculares enredados; el malhumor del chofer de colectivo; el asiento incómodo
del taxi; el humito del aliento cuando hace frío; las miradas silenciosas; el
primer amor y el primer beso; la primera borrachera; los billetes mojados por
el lavarropas; la cantidad de vacas en un viaje; la soja que todos siembran; los choclos robados; los besos robados; la pelota que no se mancha; el olor a
esmalte de uñas o el de la nafta; el papel higiénico con perfume; los agujeros
en las medias; los agujeros en los bolsillos; los pelotudos que se hacen los pisteros; la misa del indio; el
libro que nadie quiere leer; esta misma nota y las demás de abajo; el Boca -
River y la mancha que no se quita y los que viven del pasado; los cuetes de fin
de año y los perros asustados; la gripe A, la Hepatitis B, el Ébola y las demás
enfermedades que publicitan los medios; los imanes en la heladera; las paredes
pintadas de política; la ojos rojos de la mañana; el insomnio; las canciones
que no gustan y los hits; los ecologistas de moda y las petroleras que con tu
plata explotan el planeta; los monopolios, oligopolios, monopsonios,
oligopsonios y toda otra forma válida de ejercer el negocio; los celulares que
consumen la imaginación y ejercitan los pulgares; la música que no te deja
pensar; los pompones de los gorros de invierno y las bufandas que tapan la cara
y no permiten conocer a nadie; los alfajores que te sacan del apuro; los
caramelos de vuelto de los chinos; las monedas que escasean; los cigarrillos a
medio fumar de los arrepentidos; las conversaciones de bondi; la música al taco
de los auriculares de algún flaco; las manchas de aceite que forman arcoíris
extraños en el asfalto; las películas de terror; los mini - infartos que te
produce el perro de la vecina o el no me viene; las miradas chusmas de los barrios chicos; el
tercer salud al que no se le devuelve las gracias después de un estornudo;
Me quedo pensando en todas esas cosas que dejamos pasar como quien deja pasar el tiempo para que se haga la hora para irse a tal o cual lado; como quien deja pasar la vida sin ni siquiera detenerse a pensar en lo que esta viviendo. Nada, eso.
Me quedo pensando en todas esas cosas que dejamos pasar como quien deja pasar el tiempo para que se haga la hora para irse a tal o cual lado; como quien deja pasar la vida sin ni siquiera detenerse a pensar en lo que esta viviendo. Nada, eso.
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