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Mostrando las entradas de 2016

Nada es como antes

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Nada es como antes. Los días no son los mismos ni las personas tampoco. Este domingo no será como el domingo anterior, ni como el anterior, ni como el anterior al anterior y así de seguido. Los años pasan, algunos se dejan la barba, otros se cortan el pelo; unos arrancan la Facultad, otros se mudan, se ponen de novios, se casan, se comprometen; otros cambian de gustos, de repente le empiezan a tomarle gustito al hígado con cebolla que antes no les gustaba, el mondongo no les sabe tan feo, aunque le gusten las rubias por ahí ahora una morocha zafa; y unos cuantos dejan de lado las excusas y empiezan de una vez por todas el gimnasio. Vivimos recontra recontra RE contra comunicados, sin embargo no le damos bola al que está al lado ¿Eso es realmente estar comunicados? Hoy seguramente sea un día muy pero muy distinto al que ayer. Entonces ¿Por qué seguimos pensando que la Navidad o el año nuevo no va a ser "como los de antes" si hay un año o más de diferencia? Es una

El Domingo

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Foto Instagram: @javierphotogamma    Como todos los días cada día, cada fin de semana, el último día o el primer día según la religión. El día más aburrido de todos. El domingo.     Nadie quiere al domingo. Desde chico los odiaba porque tenía que ir a misa, escuchar al cura, hacer las "tareitas" que nos dejaban los catequistas.      Más de grande, y con un poquito de madurez, las tardes se convirtieron en las tardes más aburridas del universo. De la cama al almuerzo; del almuerzo a la vereda; de la vereda a la tele; del tele a la mini siesta de 4 horas; de la mini siesta de 4 horas al tele, o en el peor de los casos, al seguimiento con la vista de las volteretas en el aire de una mosca; y así todo el día hasta la cena y a la cama.      Las semanas pasaban y los días domingo seguían siendo lo que siempre fueron, domingos.      Ya casi llegando a la mayoría de edad esos días se convirtieron en resaca, días que se pasaban obligadamente en la cama, o en la mesa cabecean

Saquémonos las caretas

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Cuando eras chico hacías muchas boludeces. Demasiadas.  No te daba vergüenza hacerlas, te sentías bien, era tu manera de ser y no te dabas cuenta, o ni siquiera pensabas en lo que pensaba el resto. En realidad no existía el pensamiento del otro. No importaba si un adulto, niño, niña, perro, gato o pokemón pensara lo que pensara de vos; vos seguías pensando de la misma manera y haciendo las mismas cosas sea donde sea. Total, ¿Quién se iba a querer interponer entre vos y tus actitudes que no sean tus padres o señoritas?  La inhibición no predominaba en ningún aspecto de la vida, al menos en ese momento. Nadie era capas de imponer su presencia para que uno se limitara a hablar de que Pablito te robó un ladrillito de rasti a otro compañerito, o que Valentina se hizo pis encima, o que Santi hizo un castillo re re re grande cuando fue a la playa con su hermano y sus papás el fin de semana.  ¿Quién iba a pensar que algún día alguien , o quizá la vida, nos iba a enseñ

El Mate Viajero (Segunda Parte)

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     La no bienvenida a los mormones jugando a las escondidas en la casa; los anteojos de sol que imponen respeto, estilo y ocultan las ojeras; la tierra que levanta el camión que pasa por las tardes; las macetas de cemento viejas y partidas; los papeles de  la quiniela que no encontraron a su ganador; la flor más linda de la vecina y el gato que mira desde dentro por la ventana; las conversaciones ajenas que siempre quisimos escuchar; el cenicero sucio lleno de filtros; la incomodidad de barrer una escalera; la identidad que te da un título universitario ante la sociedad; los martes 13, la sal que se cae o se pasa de mano en mano, los gatos negros y el puente que forman las escaleras y nadie se atreve a atravesar; la corrida que se inicia cuando abre el semáforo y estás a mitad de la senda peatonal; el quiosco y el kiosco; el silbido de los frenos del camión y el silbido del buen humor; la vieja que con lentes de sol y teñida de rubia se siente una pendeja; los garzos frescos en

Alguien que te eneseñe a amar

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Foto Instagram: @javierphotogamma    Me tuve que bancar mirar las tribunas, cómo cantaban enloquecidas, el relator y el comentarista que hacían de los ojos que los que no pagaban codificado y el marcador que mostraba como iba el resultado del partido; me tuve que bancar la cara de culo de mi vieja y a medida que iba creciendo también la de mi novia porque me quedaba encerrado mirando a "22 tipos corriendo atrás de una pelota"; me tuve que bancar escuchar la fritura de la radio que me dejaba doliendo la cabeza en el trayecto del viaje a Mar del Plata sólo para ver cuando agarraba señal y así poder escuchar un ratito del relator desaforado de tanto gritar por que ibas donde ibas la gente te seguía con una fiesta detrás; disfruté los bailes que ofrecías con Juan Román y compañía en la infancia, o los partidos  de la Copa Libertadores o la Sudamericana  sufridos no aptos para cardíacos ganando en el final; me la jugué cuando a pesar de que mi viejo no andaba bien de guita

Regalo del día de la vieja

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¿Qué le regaló a mi vieja para el día de las madres? Es una pregunta que muchas personas se hacen … Una plancha? Una lavadora? Un secarropas? Una multiprocesadora? Aclaro que esta nota será un poco más corta que las demás. ¿Por qué es tan difícil encontrar el regalo del día de las madres? O mejor cambio la pregunta: ¿Por qué vivimos en una sosciedad altamente machista? ¿Quién dijo que regalarle una plancha, una lavadora, una multiprocesadora en el día de las madres esta bien? En una de las últimas navidades, Papá Noel le trajo a mi vieja una plancha ¿Esta bien? Y si mi vieja en realidad quería un libro? O una blusa? O un par de zapatillas? O una cadenita? Nadie sabe muy bien que regalarle a su madre en el día de las madres porque en realidad vivimos en una sociedad tan machista que piensa que regalarle una multiprocesadora esta bien, porque pensamos que el día de la madre está solamente para hacerle el día a dia mas fácil, porque ella laburando menos y más fácil y prác

El Viejo

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   Clarito en el horizonte, voz ronca que sale de la radio, el acordeón de un buen tango, los animales que recién se despiertan y la luz mala que alguna que otra vez se ve, el primer mate que hace de acompañante, quema la lengua y acostumbra la garganta al calor, el vaporcito al suspirar.     La mesa es un mapa de migas del almuerzo y la cena, papeles de cuentas impagas, cartones de vino Concilio, bolsas de pan vacías. Algunas herramientas de mano que no encuentran su lugar y se sienten cómodas en el suelo junto a la cucha del perro que me regaló mi hija. Más que cucha es un pedazo de trapo hecha de una sábana vieja de mi padre ya fallecido.     El modular no es más que un rincón de los recuerdos. Algunas fotos viejas, muchas blanco y negro de personas que ya no están conmigo. Otros marcos solitarios en una esquina, excluidos del resto, casi marginados por no tener un rostro que mostrar. Entre ellos también se encuentran algunos folletos del supermercado, en rojo y en gr

Pidiendo

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¿Cómo hago para vivir con esa idea? Decime, ¿cómo hago? Es que es lo más irónico que pude pensar alguna vez. Tantas veces nos llenamos la boca hablando de que somos creyentes, que siempre Dios está en todos nosotros y que creemos en él. Y yo me pregunto ¿Creemos en él?  Es una pregunta muy difícil de contestar, va, cada uno sabrá cuál es su respuesta en particular. Sin embargo en estos días se ha puesto de moda ser ateo, no creer en nada, vivir como si fueran animales a suerte del azar, como si todos los creyentes pensaran “mira fulanito, se la banca solo y por eso prefiere no creer en nada” como si fuese una especie de rudeza imponiéndose ante la mayoría. Resaltar o llamar la atención. Sí, es cierto, más de uno me irá a criticar, y ya sé que nadie le cree el chamuyo a la iglesia de que todos relativamente somos hijos de Adán y Eva, que por culpa de esa puta manzana ahora todos estamos condenados. Ya sé. Pero por qué llegar al extremo de no creer en nada, es más hasta cre

¿A quién no le ha apretado el zapato?

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          ¿A quién no le ha apretado el zapato?   Quién no se ha lamentado porque la talla no era la indicada. Muchas veces la orma no es la correcta, el número de talla no es el indicado. No siempre las Nike o Adidas que pensábamos comprar nos van a quedar. Nadie sabe qué hacer cuando el zapato te aprieta, cuando no ves soluciones posibles y lo único en lo que se piensa es en taparse la cara con las palmas de las manos como no queriendo ver la realidad. Muchas veces no se quiere ver la realidad. Es difícil cuando la situación se complica y da miedo ver. Hasta llegar al punto de maldecir ver la realidad y hacerse el boludo ya no es una posibilidad. La necesidad imperiosa de que sólo con llorar todo se arregle siempre ronda por la mente pero tampoco es una opción. Encima, como si fuera poco, en ningún momento de la historia apareció un inglés o un ruso o un estadounidense o un europeo con nombre difícil de recordar que haya escrito un libro con nombre largo en inglés que

Yo también

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   La infancia es eso que no recordamos con claridad, o que recordamos a medias. Esos momentos que recordamos con muchas nubes que incertidumbre, que cuando lo hacemos se nos dibuja una sonrisa en el rostro, con aires a nostalgia. Mirar todo desde abajo, sentir el olor del pastito recién cortado más intenso, sentir como la responsabilidad no caerá en mucho tiempo sobre tus hombros. Tener la chocolatada de las 5 de la tarde calentita, mirando dibujitos en la tele con la imagen media lluviosa porque papá todavía no llegó de trabajar para acomodar la antena. Y mientras tanto sentir el solcito de pleno octubre, tan cálido, como ponerse las medias después de bañarse, luego de que mamá las dejara apoyadas en el respaldo de la silla  cerca de la salamandra  para que se calienten.    Yo también jugué a la rayuela y pensaba que el 7 y el 8 era el descanso antes de llegar al cielo y volver a la tierra; yo también me hacía el fumador maduro con un filtro de Malrboro que encontraba en la ve

Lo importante es la salud

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La desesperación se mide en actitudes, se mide en temperamentos, en la cantidad de puteadas a los políticos. Como en las grandes empresas es difícil y a veces hasta doloroso hacer ajustes, recortes de costos, los lujos van quedando poco a poco de lado. La necesidad pasa a ser lo primordial, se empiezan otra vez a mirar los precios y no tanto las marcas (principio de necesidad subjetiva y objetiva diría mi profesor de administración de la facultad). Las preferencias ya no pasan por el helado del fin de semana o la salida a comer al restaurant preferido a comer una napo. Las peñas cada vez son más escasas. El olor a guisito comienza a sentirse más seguido, la comida más llenadora y barata que con un poco de agua podés hace un guisopa y sentar a alguien más a la mesa a comer. -           Esto me preocupa. No sé a veces pienso en ustedes. En que papá no tiene trabajo y eso no me deja de dar vueltas en la cabeza, que se yo. -           No te preocupes hijo. Ya vamos a salir adela

El Mate Viajero

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El mate viajero; el sonido de la alarma a las 6 de la madrugada; el perro del vecino que ladra temprano; el sol de la mañana; los pajaritos del mediodía; las palomas que no se dejan agarrar; el enojo de mi viejo; la paciencia de mi vieja; las risas de mi hermana,; el apuro de las ciudades grandes; la tranquilidad de los pueblos; los tarifazos; las quejas; la alerta del noticiero; Lázaro Báez, Macri y Cristina; el billete de dos pesos que me encontré la otra vez en la vereda; el olor a césped recién cortado; el fútbol del domingo; las dos finales que no fueron; el linyera que se lleva el cartón de las calles; el taxista y Uber; el chicle sin sabor que te cansa la mandíbula; las verduras transgénicas; las frutas que no tienen el mismo sabor de antes; la pelota pisada por un auto; las plazas vacías; las sombras refrescantes del verano; los paros y piquetes; las banderas partidarias; los guardapolvos sucios y sus tiras rotas; la mala educación y los mal educados; los profesores y

Siempre sigue

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La vida siempre sigue... Los políticos siempre van a ser corruptos. Siempre van a ser los mismos. Siempre va haber alguien mejor que vos. El blanco va a seguir siendo blanco y el negro de color. Los de camisa y corbata siempre van a ganar más que los de jean roto y bolsegos. La cascara para los pobres, la miga para los que más pueden. Siempre que te vistas de negro estarás de luto, de blanco serás monaguillo y de gris empresario. Las moscas siempre molestarán y el dengue siempre picará. La cura del cáncer nunca va a garpar. Los libros siempre ahuyentarán a los chicos. Facebook siempre será el DNI digitalizado. Las revistas de moda siempre te harán sentir anticuado, las de belleza te harán sentir feo. Estados Unidos siempre estará en guerra, y nosotros reclamando las Malvinas. Los taxistas siempre sabrán todo. Los colectivos siempre tardarán más de lo que pensamos esperar. La milanesa con puré y el guiso nunca pasará de

Salgo a la calle

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Salgo a la calle, doy mis primeros pasos en estos pasillos llenos de personas desconocidas, estoy rodeado de desconocidos. Todos caminando apurados, en su mundo, en sus asuntos que a mi no me importan, no me incumben. Todos viven para lo mismo - y me incluyo - comer, dormir, reproducirse, trabajar, soñar. Soñar. Soñar con un mundo mejor, para ellos mismos y los suyos. Nadie más. Miran las noticias, se sorprenden, se horrorizan, se solidarizan con alguna frase hecha una frase armada, se van, siguen caminando, se olvidan. Siguen con sus asuntos. Se paran a mirar las vidrieras de los supermercados, se quejan de los precios y entran a comprar. Salen enamorados de sus aparatos de última tecnología. Sueñan, anhelan, con el próximo teléfono inteligente de Apple o Samsung. Con esas zapatillas de moda. Consumen. Los más viejos quizá piensan en juntar la moneda del laburo para que su hijo estudie y sea lo que él no pudo ser. Un sueño frustrado. Observan la parte más margi

Regalo

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Llegó al lugar acordado, la esperaba a ella, era un día especial para los dos. Estaba nervioso ya que le iba a entregar el regalo que pensó mas indicado para la ocasión. Tenía muchas dudas ya que no sabía si le iba a gustar. Lo había preparado con todo el empeño del mundo y todo para dárselo esa misma tarde. Hasta pensaba que era ilógico como un regalo tan planeado por varios días se gastara en tan poco tiempo, en tan pocos segundos. Pensaba en las cosas simples de la vida, y si conocía algo de ella era que apreciaba la sencillez, aunque eso no le quitaba la ansiedad y los nervios. Los minutos se hacían largos y miraba cada tanto el celular para checar la hora y hacer los cálculos mentales matemáticos precisos para saber cuanto tiempo tenía hasta que llegara ella. Los números de la pantalla parecían no cambiar nunca. Faltaban exactamente tres minutos. Las manos le sudaban y no exactamente porque estaban en época de verano. La inseguridad, y con ello los temblores, recorrían todo

Vi a un viejo

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Vi a un viejo de aspecto desarreglado, medio chueco al caminar por anda uno a saber qué tipo de problemas de columna o cintura, renegado hasta los pelos, al menos los pocos pelos sin color que le quedaban a los costados de la mollera. Si hubiese sido un chico de unos 10 años me habría asustado porque este señor andaba con ropa rota y sucia, y llevaba una bolsa del supermercado de acá a la vuelta vacía y toda arrugada. La gente pasaba y lo miraba como con una suerte de desprecio. A medida que me acercaba a él, ya que íbamos caminando por la misma vereda pero en el sentido contrario, me di cuenta que le faltaba mucho más que 3/4 de dentadura y los pocos dientes que le quedaban estaban todos picados. Ni bien estuve un poco mas de 3 metros de distancia empezó a brotar en el aire un profundo olor a vino o alguna bebida alcohólica, nunca fui bueno para esas cosas. Es mas, además llevaba un pucho encendido en la mano izquierda, dando cuenta que no solamente el alcohol era un

Cada uno en su lugar

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Cada uno en su lugar, con sus problemas, con sus historias. No te metas en lo que no te incumbe. No busques problemas que no son tuyos ¿Porque hacerlo? Sería estúpido hacerlo. Por que mi vieja me enseñó una cosa y la sociedad me lo cambia ("por que" así, sin acento). La sociedad me e hace acostumbrarme a los demás. A la desconfianza que siempre presente nos nubla la vista y nos endurece la razón. ¿Qué es lo que en realidad hay que aprenderse para llevar a cabo una vida sin problemas? ¿Es divertida una vida sin problemas? Voy a la iglesia y me dicen que tengo que ayudar al prójimo, que tengo que preocuparme por el otro. Y yo me pregunto ¿Para qué? Nadie te agradece nada hoy en día. Muchas veces ni siquiera la hora puedo preguntar en la calle porque piensan que les voy a robar. Y si me dicen qué hora es, no me dejan decir las gracias que ya se fueron. ¿Será por eso que los amigos se aprecian demasiado, que se valoran tanto porque ellos sí te aprecian qué es lo que