Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2016

Saquémonos las caretas

Imagen
Cuando eras chico hacías muchas boludeces. Demasiadas.  No te daba vergüenza hacerlas, te sentías bien, era tu manera de ser y no te dabas cuenta, o ni siquiera pensabas en lo que pensaba el resto. En realidad no existía el pensamiento del otro. No importaba si un adulto, niño, niña, perro, gato o pokemón pensara lo que pensara de vos; vos seguías pensando de la misma manera y haciendo las mismas cosas sea donde sea. Total, ¿Quién se iba a querer interponer entre vos y tus actitudes que no sean tus padres o señoritas?  La inhibición no predominaba en ningún aspecto de la vida, al menos en ese momento. Nadie era capas de imponer su presencia para que uno se limitara a hablar de que Pablito te robó un ladrillito de rasti a otro compañerito, o que Valentina se hizo pis encima, o que Santi hizo un castillo re re re grande cuando fue a la playa con su hermano y sus papás el fin de semana.  ¿Quién iba a pensar que algún día alguien , o quizá la vida, nos iba a enseñ

El Mate Viajero (Segunda Parte)

Imagen
     La no bienvenida a los mormones jugando a las escondidas en la casa; los anteojos de sol que imponen respeto, estilo y ocultan las ojeras; la tierra que levanta el camión que pasa por las tardes; las macetas de cemento viejas y partidas; los papeles de  la quiniela que no encontraron a su ganador; la flor más linda de la vecina y el gato que mira desde dentro por la ventana; las conversaciones ajenas que siempre quisimos escuchar; el cenicero sucio lleno de filtros; la incomodidad de barrer una escalera; la identidad que te da un título universitario ante la sociedad; los martes 13, la sal que se cae o se pasa de mano en mano, los gatos negros y el puente que forman las escaleras y nadie se atreve a atravesar; la corrida que se inicia cuando abre el semáforo y estás a mitad de la senda peatonal; el quiosco y el kiosco; el silbido de los frenos del camión y el silbido del buen humor; la vieja que con lentes de sol y teñida de rubia se siente una pendeja; los garzos frescos en