Silencio
El sonido del silencio absoluto en medio de una oportunidad para la tranquilidad más profunda, el espacio excelente para que la mente domine al cuerpo y este último se deje llevar. Esa sensación inigualable de sentir que la voz de tu mente se alza hasta un punto tal que se podría imaginar que se está hablando en voz alta. Miles de pensamientos juntos, rápidos como si fuese que la mente trabajara a la velocidad de la luz o más, apreciando cada gota ínfima de sonido en todo su esplendor.
Nuestro mundo, en el que podemos hacer lo que queramos con nuestra mente y en donde esta cobra una fuerza que sin el silencio no nos daríamos cuenta que tiene.
Esta fuerza muchas veces se pone en nuestra contra ya que nuestros sentimientos más profundos y pensamientos ilógicos que alguna vez en nuestra vida ideamos, dominan la mente haciendo de las suyas renaciendo resquemores, dolores y recuerdos que la persona quisiera olvidar. Estos pensamientos se hallan en el sótano de la mente y son sacados por la misma para no olvidarse de que están allí, algo así como para hacer un mantenimiento y ver que todos estén intactos debido a que mientras pasa el tiempo se deteriora. Es imposible no sacarlos a la luz, la misma mente en complicidad con los sentimientos lo hacen sin nuestra autorización.
Hay recuerdos que sobrepasan tanto la línea de la satisfacción que quieren ser olvidados por parte de la persona porque se da cuenta que momentos de tal magnitud no van a suceder nuevamente. Es por eso que ese recuerdo termina siendo clasificado como dañino y archivado en ese cajón viejo, pero nunca olvidado, que irá al sótano para poder mentirse a uno mismo imaginando que se llevó al olvido.
Los pensamientos más importantes se encuentran cercanas la persona para acceder mucho más rápido a ellos ya que es muy probable que, por cuestiones externas a la mente, tengan que ser consultados. Dentro de estos se encuentran los conocimientos académicos, experiencias que dejaron un aprendizaje mediante el error y todo tipo de cuestiones relacionadas a la importancia que le dé el individuo para vivir. Si tuviésemos que ubicarlo en una habitación de la casa sería sin duda la cocina, por la utilidad que se pueden dar a estos conceptos y que si ellos se nos haría imposible llevar nuestra vida normal.
Siguiendo con este esquema podemos ubicar en el garaje a los pensamientos y conceptos importantes para salir a la calle, para tomar contacto con las personas externas a nuestra casa. Estos son aprendizajes que van tomando un sentido más complejo a partir de las experiencias vividas con distintos tipos de personalidades. Muchas veces estos aprendizajes no terminan de profundizarse y quedando en la nada, en el aire; y por equivocación, no se asimilan con el resto de las experiencias.
Muchas habitaciones puede tener nuestra "casa demente" pero el truco esta en ordenar bien desde el principio los aprendizajes, recuerdos y experiencias y siempre sacar lo mejor de ellos pero tampoco desechando las partes malas ya que se reciclan en más aprendizaje que se traduce en herramientas más que útiles en este juego llamado vida.
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