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Alguien que te eneseñe a amar

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Foto Instagram: @javierphotogamma    Me tuve que bancar mirar las tribunas, cómo cantaban enloquecidas, el relator y el comentarista que hacían de los ojos que los que no pagaban codificado y el marcador que mostraba como iba el resultado del partido; me tuve que bancar la cara de culo de mi vieja y a medida que iba creciendo también la de mi novia porque me quedaba encerrado mirando a "22 tipos corriendo atrás de una pelota"; me tuve que bancar escuchar la fritura de la radio que me dejaba doliendo la cabeza en el trayecto del viaje a Mar del Plata sólo para ver cuando agarraba señal y así poder escuchar un ratito del relator desaforado de tanto gritar por que ibas donde ibas la gente te seguía con una fiesta detrás; disfruté los bailes que ofrecías con Juan Román y compañía en la infancia, o los partidos  de la Copa Libertadores o la Sudamericana  sufridos no aptos para cardíacos ganando en el final; me la jugué cuando a pesar de que mi viejo no andaba bien...

Regalo del día de la vieja

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¿Qué le regaló a mi vieja para el día de las madres? Es una pregunta que muchas personas se hacen … Una plancha? Una lavadora? Un secarropas? Una multiprocesadora? Aclaro que esta nota será un poco más corta que las demás. ¿Por qué es tan difícil encontrar el regalo del día de las madres? O mejor cambio la pregunta: ¿Por qué vivimos en una sosciedad altamente machista? ¿Quién dijo que regalarle una plancha, una lavadora, una multiprocesadora en el día de las madres esta bien? En una de las últimas navidades, Papá Noel le trajo a mi vieja una plancha ¿Esta bien? Y si mi vieja en realidad quería un libro? O una blusa? O un par de zapatillas? O una cadenita? Nadie sabe muy bien que regalarle a su madre en el día de las madres porque en realidad vivimos en una sociedad tan machista que piensa que regalarle una multiprocesadora esta bien, porque pensamos que el día de la madre está solamente para hacerle el día a dia mas fácil, porque ella laburando menos y más fácil y prác...

El Viejo

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   Clarito en el horizonte, voz ronca que sale de la radio, el acordeón de un buen tango, los animales que recién se despiertan y la luz mala que alguna que otra vez se ve, el primer mate que hace de acompañante, quema la lengua y acostumbra la garganta al calor, el vaporcito al suspirar.     La mesa es un mapa de migas del almuerzo y la cena, papeles de cuentas impagas, cartones de vino Concilio, bolsas de pan vacías. Algunas herramientas de mano que no encuentran su lugar y se sienten cómodas en el suelo junto a la cucha del perro que me regaló mi hija. Más que cucha es un pedazo de trapo hecha de una sábana vieja de mi padre ya fallecido.     El modular no es más que un rincón de los recuerdos. Algunas fotos viejas, muchas blanco y negro de personas que ya no están conmigo. Otros marcos solitarios en una esquina, excluidos del resto, casi marginados por no tener un rostro que mostrar. Entre ellos también se encuentran algunos fol...

Pidiendo

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¿Cómo hago para vivir con esa idea? Decime, ¿cómo hago? Es que es lo más irónico que pude pensar alguna vez. Tantas veces nos llenamos la boca hablando de que somos creyentes, que siempre Dios está en todos nosotros y que creemos en él. Y yo me pregunto ¿Creemos en él?  Es una pregunta muy difícil de contestar, va, cada uno sabrá cuál es su respuesta en particular. Sin embargo en estos días se ha puesto de moda ser ateo, no creer en nada, vivir como si fueran animales a suerte del azar, como si todos los creyentes pensaran “mira fulanito, se la banca solo y por eso prefiere no creer en nada” como si fuese una especie de rudeza imponiéndose ante la mayoría. Resaltar o llamar la atención. Sí, es cierto, más de uno me irá a criticar, y ya sé que nadie le cree el chamuyo a la iglesia de que todos relativamente somos hijos de Adán y Eva, que por culpa de esa puta manzana ahora todos estamos condenados. Ya sé. Pero por qué llegar al extremo de no creer en nada, es más hasta...

¿A quién no le ha apretado el zapato?

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          ¿A quién no le ha apretado el zapato?   Quién no se ha lamentado porque la talla no era la indicada. Muchas veces la orma no es la correcta, el número de talla no es el indicado. No siempre las Nike o Adidas que pensábamos comprar nos van a quedar. Nadie sabe qué hacer cuando el zapato te aprieta, cuando no ves soluciones posibles y lo único en lo que se piensa es en taparse la cara con las palmas de las manos como no queriendo ver la realidad. Muchas veces no se quiere ver la realidad. Es difícil cuando la situación se complica y da miedo ver. Hasta llegar al punto de maldecir ver la realidad y hacerse el boludo ya no es una posibilidad. La necesidad imperiosa de que sólo con llorar todo se arregle siempre ronda por la mente pero tampoco es una opción. Encima, como si fuera poco, en ningún momento de la historia apareció un inglés o un ruso o un estadounidense o un europeo con nombre difícil de recordar que haya escrito un libro c...

Yo también

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   La infancia es eso que no recordamos con claridad, o que recordamos a medias. Esos momentos que recordamos con muchas nubes que incertidumbre, que cuando lo hacemos se nos dibuja una sonrisa en el rostro, con aires a nostalgia. Mirar todo desde abajo, sentir el olor del pastito recién cortado más intenso, sentir como la responsabilidad no caerá en mucho tiempo sobre tus hombros. Tener la chocolatada de las 5 de la tarde calentita, mirando dibujitos en la tele con la imagen media lluviosa porque papá todavía no llegó de trabajar para acomodar la antena. Y mientras tanto sentir el solcito de pleno octubre, tan cálido, como ponerse las medias después de bañarse, luego de que mamá las dejara apoyadas en el respaldo de la silla  cerca de la salamandra  para que se calienten.    Yo también jugué a la rayuela y pensaba que el 7 y el 8 era el descanso antes de llegar al cielo y volver a la tierra; yo también me hacía el fumador maduro con un filtro de Mal...

Lo importante es la salud

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La desesperación se mide en actitudes, se mide en temperamentos, en la cantidad de puteadas a los políticos. Como en las grandes empresas es difícil y a veces hasta doloroso hacer ajustes, recortes de costos, los lujos van quedando poco a poco de lado. La necesidad pasa a ser lo primordial, se empiezan otra vez a mirar los precios y no tanto las marcas (principio de necesidad subjetiva y objetiva diría mi profesor de administración de la facultad). Las preferencias ya no pasan por el helado del fin de semana o la salida a comer al restaurant preferido a comer una napo. Las peñas cada vez son más escasas. El olor a guisito comienza a sentirse más seguido, la comida más llenadora y barata que con un poco de agua podés hace un guisopa y sentar a alguien más a la mesa a comer. -           Esto me preocupa. No sé a veces pienso en ustedes. En que papá no tiene trabajo y eso no me deja de dar vueltas en la cabeza, que se yo. -  ...